Los deportes de contacto están diseñados con 2 objetivos principales: la competición y el entrenamiento de la condición física.

Se basa en reglas y normas explicitas de su deporte. Sus entrenamientos son competitivos e intensos y se realizan en un entorno controlado.

Trabaja una mentalidad competitiva y disciplinada, aprendiendo a mantener la presión bajo condiciones de combate controladas. Promueve la deportividad.

Los sistemas de defensa personal y artes marciales están diseñadas para enseñar a las personas a protegerse en situaciones de peligro real, cuyo objetivo principal es la seguridad personal y la supervivencia en situación real.

Se centra en técnicas prácticas y efectivas donde no hay reglas, solo el sentido común y la proporcionalidad ante la agresión.

Su prioridad es neutralizar la amenaza lo más rápido, eficaz y directo posible, utilizando todos lo recursos disponibles.

Su entrenamiento incluye el trabajo sobre situaciones reales de peligro, con todo tipo de ataques posibles y o varios agresores.

Desarrolla una mentalidad de supervivencia y auto-control en situaciones de alto estrés.

Desarrolla una alta capacidad sobre la conciencia situacional.

En definitiva, aunque las tres actividades comparten aspectos comunes, sus objetivos, métodos de entrenamiento y aplicaciones prácticas son diferentes.

Los primeros se centra en la competición y el desarrollo físico dentro de un reglamento, mientras que los segundos se orientan en la protección personal y la supervivencia ante situaciones reales de peligro.